El
regreso a la metáfora lo encontramos con Borges, quien sugiere que cada palabra
es una metáfora, a este respecto recomienda que la labor del poeta es crear
metáforas para encontrar nuevas formas para expresar lo mentado; con Simone Weil
el reino de lo sagrado y lo profano se entiende por medio de una metáfora,
siguiendo este procedimiento Calasso lo eleva a literatura absoluta mientras
que Blumenber innova las metaforologías de los tránsitos y Sloterdijk, sin
saberlo, en sus Esferas vuelve a conectar las teorías de las “primitividades
de Bachelard y Blumenber para significar las cavidades del útero, la concha, la
ostra y la alcoba” (Aguilar y Luna, 2024, pág. 127).
La ciencia, por su
parte, ha preferido a la analogía para explicar las relaciones de
correspondencia. Maxwell propuso dos tipos de analogías: sustantivas y
formales. La primera, se refieren a sistemas con elementos que poseen
propiedades conocidas y relacionadas mediante leyes del sistema. La segunda, se
refieren a correspondencias entre las relaciones internas que se establecen en
cada uno de los sistemas o problemas alfa y beta.
En la actualidad
hay varias teorías para formar analogías: la de Hofstadter, señala que “el sujeto percibe algunos
aspectos de las estructuras en dos situaciones, y la esencia de ambas
situaciones son idénticas en algún sentido”, es decir que hay interacción entre
lo que percibimos y lo que conceptualizamos en la construcción de una analogía.
La teoría de Gentner
considera la hipótesis central que nuestros conceptos psicológicos tienen una
estructura propia: estas estructuras son las representaciones psicológicas de
las relaciones entre objetos perceptuales y conceptuales. Entonces, una
analogía es el producto del mapeado de estructuras asociadas a los dos
conceptos alfa y beta entre los que se establece la relación.
Por último, dice Calasso que la analogía proviene del reino de las cualidades que operan entre lo percibido y las imágenes de la mente que borran lo percibido sustituyéndolo, con esta operación nace el mundo de la intercambiabilidad y con ello la sociedad de la sustitución, del cambio, en específico del valor de cambio en cuanto capital que se ha establecido como canon, revestido de poderes del orden que ha destronado.
Referencias
José Luis, A. (2024). Metáforas de la energía de agresión. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.13923896
Godoy, L. A. (2002). Sobre la estructura de las analogías en ciencias. Interciencia, 27(8), 422-429.
https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0378-18442002000800007#Fig1